El reloj de la torre |
El reloj de la torre titubea,
camina en círculos dementes,
no dibuja al instante de la muerte
porque el tiempo no es piel sino memoria. |
En su abismal dictamen de ceguera
corrompe a los vigías imposibles.
Abrevadero es su latir de lo falsario
cuando tiende alfileres para el pulso. |
Oír su tesitura delirante,
mirar su padecer de mago inútil
es signar la condena a otro sueño,
cumplida permanencia de la nada. |
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