Tú también, Manatina |
Hembras, hembras
en el oleaje ronco donde echamos
/las redes de los cinco sentidos
para sacar apenas el beso de la espuma.
Gonzalo Rojas
|
|
En el orbe lacrimal del manatí
reverbera la red boyante de los lirios.
Un vestigio lunar chapalea
en los parajes que aún quedan de la noche;
cicatriz que demoran los bajeles del alba. |
|
Cautivo entre el recodo
del estero y el timón del orto
el manatí es un cántaro sin asa,
la siesta junto a islote de jacintos;
peje-mujer
que hace del agua mansa una montura
del agua y su bravura una balanza. |
|
En zambullida
el azogado plexo de las hembras bordando al ras del agua
la más febril
noche de mayo.
Dócil apareamiento, luna géminis,
tu cuerpo junto al mío. |
|
Algo como una estrella en flor de loto
se adentra en tus pupilas.
Hay un rayo lunar trabado en la costilla
de los manglares
dándole a mi espalda
lugar entre las tablas de un cayuco. |
|
Tú también, Manatina, curvas el cuello,
brilla en su espesura tu melena
fugándose en carretes de agua garigoleada.
Joya muriente del estero
veo tu cuerpo exánime.
Uva nacida de mujer, viene a mi boca tu latido
-pezón avinagrado-
la flor parásita y aérea
que cultivo en claroscuro. |