El cielo de las hojas |
Cada
porción de la materia puede ser concebida
como un jardín lleno de plantas; y como un estanque
lleno de peces. Pero cada rama de la planta, cada
miembro del animal, cada gota de sus humores es,
a su vez, un jardín o un estanque semejante
G. Leibnitz
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Mirar por vez última los pétalos,
las hojas disidentes,
su caída,
en una danza perpetua
¿acaso inmóvil?
fugaz en el umbral de la memoria.
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¿Qué
jardines congregan,
nervaduras?
¿Qué
vientos, qué peces,
cuál
atmósfera? |
En el anverso, el
ocre unánime
¿Dónde sus nubes morosas? |
Tan sólo la nostalgia,
la duda,
en los talones,
sonora,
de haber pisado el cielo,
otra Vía Láctea |
(El decir y la mancha)
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