Posteridad
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Mucho es lo que me esfuerzo
y me desvelo
por conseguir
el verso perdurable,
el verso agudo
como agudo sable
que sea digno
de ganar el cielo,
pero el infierno,
que está al ras del suelo,
con obstinada recurrencia
amable,
hace que a diario
ceda yo en mi celo
y firme el verso cojo
y lamentable,
y por mejor dormir
dejo mi anhelo
en manos del placer
que más le hable
y ronco como el terco
de mi abuelo |
(A la salud de los enfermos)
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